Lunes, 9 de Noviembre de 2009.
Lunes, como buen día laborables, tocaba madrugar a tope para coger el autobús y luego el barco para la navegación entre los glaciares. El Upsala, como me había advertido Fran, estaba bloqueado al paso ya que multitud de icebergs se desprendían de las paredes del glaciar.
Así, llegamos al glaciar Spegazzini, sencillamente impresionante, ver como bajaba la montaña esa cantidad ingente de hielo azul.
Mientras Arancha, Titi y yo correteábamos exhaustos de un lado a otro de la cubierta del barco, observando todo boquiabiertos, los guiris se apretaban unos whiskazos en la barra del interior del barco, sorprendente cuando menos.
Para reponer fuerzas nos ofrecieron unas viandas de la agencia, que rápidamente desechamos en favor de pizza recalentada que teníamos del día anterior.
Terminamos el viaje de la mejor manera posible, disfrutando de la cara norte del Perito Moreno.
Antes del volver para el hostal nos volvimos a encontrar a nuestros «amigos» ripenses y es que los tours por Argentina no son nada originales 🙂
Fuimos a cenar al Viva la Pepa cuyo nombre nos llamó la atención. Nos dejamos llevar por la euforia del día, por la hora feliz que nos ofrecía un 2×1 y por el Malbec («mu bueno» Arancha dixit) y se animó la noche, que rematamos cuando vimos entrar a nuestros colegas vascuences con los que habíamos compartido el temporal en las canoas de Ushuaia.
Titi y Arancha llegaron «tocados» al hostal, pusimos música en el móvil y estuvimos de cháchara hasta que aguantaron nuestros cuerpos… gran jornada y ¡¡qué grandes días de vacaciones al otro lado del charco!!