Ecuador: Jornada 11. Comunidad Machacuyacu.

Bambú amazónico

Bambú amazónico

Martes, 25 de Enero de 2011.

Nada más amanecer (¿serán las seis de la mañana?) oigo ya trajín en la cocina, en mi habitación ya lo hubo, de alguna manera se me coló un murciélago que estuvo un buen rato dando vueltas.

La mujer de Daniel (aunque está mellada y con la piel castigada no parece contar con más de 35 años), con el niño más pequeño en una especie de zurrón amarrado a la espalda (y embarazada del quinto) nos prepara un rico desayuno a base de yuca frita, tortilla y pancakes. Aquí las mujeres hacen las tareas de la cocina y la casa, la preparación de la «chicha», se encargan del cuidado de los niños y de parte del cultivo de las tierras. Los hombres creo que hacen el resto, si es que queda algo, y las tareas donde la fuerza física impera (construcción de cabañas, poda, recolección, etc.).

Vegetación amazónica

Vegetación amazónica

Daniel me facilita unas botas de agua (al menos de cuatro números mayores que mi pié, aquí no hay para elegir) que son necesarias para nuestro primer paseo por la selva. Vamos a visitar unas cuevas donde los «chamanes» se comunican con los espíritus.

El camino es duro, a cada paso se descubren cientos de nuevos bichos. El calor y la humedad (supongo que te haces cuando no has estado en otro sitio que no sea aquí) agotan.

Después de casi una hora de caminata llegamos a un agujero en el suelo. Ahora mismo no sabría volver al poblado. En la selva no hay caminos marcados, ni referencias que tomar. Todo es vegetación, bambú, verde…

Cabe apenas una persona por la entrada y una vez andados tres o cuatro metros la oscuridad es ya total. A los diez metros la linterna es imprescindible. Daniel enfoca a sus pies y luego hacia atrás para que yo pueda orientarme. De vez en cuando la luz rebota en la pared y se ven arañas del tamaño de mi mano. Dice que son inofensivas (da igual, no las pienso tocar), igual que los murciélagos que a cada poco vuelan rasantes por nuestras cabezas. Llegamos al final de la cueva, hay una estalagtitas y estalagmitas a las que han puesto nombre (en quichua). En este lugar, los chamanes, después de tomar ayahuasca, obtenido de raices de plantas y lianas, son capaces de ver en la oscuridad y comunicarse con los espíritus (alucionaciones de muchos kilates).

Vegetación amazónica

Vegetación amazónica

Tiene que ser una esperiencia única participar en una sesión de esas, pero yo no tengo valor ni ganas. Volvemos al poblado para comer (sopa de yuca y arroz) y echar una siesta reparadora. Por el camino hablamos de la diferencia de culturas. Le cuento que vivo en un piso, en una sexta altura, rodeado de otros pisos con igual o más altura. La cara es de total asombro, no concibe que la gente viva apiñada habiendo tanta tierra… ¿y dónde cultivamos nuestra comida?

Para por la tarde, Daniel ha preparado una visita a su madre. Es la partera de una comunidad vecina. Al parecer hay varias comunidades, separadas entre uno y dos kilómetros cada una. Entre la densa vegetación no se ven unas a otras, aquí no hay teléfono ni nada por el estilo, así que se visitan a menudo.

Me han preparado unas hierbas para que haga vahos. En teoría me van a quitar el dolor de cabeza (yo creo que es del calor) y me va a «limpiar». No sé si serán las plantas (una mezcla de varios tipos de hojas y raíces medicinales), el vapor de agua hirbiendo o los treinta y pico grados que ya hará sin estar haciendo vahos o los dos litros que sudo durante la «sesión», pero al terminar me siento relajadísimo. Necesito al menos diez minutos para poderme incorporar. Una pasada. Después me explican para qué usan cada una de las plantas medicinales que tienen por allí. Las hay para el dolor, para el corazón, para dormir, abortivas, anticonceptivas… impresionante la sabiduría de generación en generación ya que no hay conocimiento escrito ni documentado.

De regreso a la comunidad hago la colada, mientras tiendo la ropa una avispa se ensaña conmigo pero Daniel ya tiene la planta indicada para alibiar las picaduras, parece que ha adquirido ciertos conocimientos de su madre.

Machacuyacu

Machacuyacu

Me quedan unas pocas horas con los Machacuyacu. Daniel tiene tareas que hacer así que voy al poblado y juego con los niños en unos columpios que seguramente hayan sido financiados por otros turistas que, como yo, han visitado a los Machacuyacu desde algún lugar del mundo que llamamos civilizado y avanzado. Estos niños son increiblemente felices, lo dicen sus caras y sus risas y carcajadas mientras empujo a unos en los columpios y lanzo a otros plantas con raices y tierra. No tienen internet, ni videoconsolas, ni televisión, ni radio, ni un balón, ni una peonza, ni unos zapatos… tampoco parecen echarlos en falta.

Cuando oscurece, los hermanos mayores, de unos diez años, se hacen cargo de los pequeños y los llevan a casa. La mujer de Daniel ya está preparando la cena y éste ha cogido la guitarra para cantar algunas canciones en quichua. No aguanto mucho de la velada. La jornada ha sido dura y supongo que con un grupo de turistas numeroso el tema será más animado. Prefiero descansar para aprovechar lo más posible la estancia en este tierra y mañana me queda un largo viaje de nuevo a Quito.

Publicado en Ecuador, Viajes | Etiquetado , , | Deja un comentario

Ecuador: Jornada 10. Tena. Mushualli. Comunidad Machacuyacu.

Lunes, 24 de Enero de 2011.

El calor, la humedad (ha llovido de madrugada) y sobre todo mi particular apego al jet-lag hace que esté con los ojos abiertos a las 6,30h de la mañana. Desayuno muy bien en un establecimiento cercano al hotel ($2) y después de recoger los bártulos me doy una vuelta por el pueblo de Tena para valorar las distintas alternativas disponibles para adentrarme en el Amazonas como turista.

Al final me seduce el turismo comunitario, a pesar de ser la alternativa más cara (aunque re-negociada de $160 a $100). Incluye tres días y dos noches con sus excursiones, transporte, comidas y alojamiento… está muy bien.

Monos en Mashualli

Monos en Mashualli

El turismo comunitario lo gestiona gente del pueblo de Tena asociados con las comunidades indígenas del Amazonas. El dinero que se recibe de él se reinvierte en comodidades para las comunidades (Luz, ropa, material escolar, salubridad del agua,…)

Esta parte del Amazonas es alta y, en teoría, no hay riesgo de malaria y no debería haber mosquitos. Yo, sin embargo, me embadurno de repelente y apesto como si fuera Barón Dandy.

Me asignan un guía, un indígena de la comunidad. Van rotando según están disponibles y los asignan a los turistas que los demandan en cada momento. Cogemos el bus y nos dirigimos a Mashualli donde haremos escala antes de dirigirnos al poblado. Allí hay que tener cuidado con los monos, son muy pícaros y roban y agreden a los turistas. Después de comer (trucha con arroz) damos un paseo en barcaza por el Río Tena y visitamos unas tierras sagradas con grandes rocas donde tienen un centro de turismo comunitario un poco abandonado.

Comunidad Machacuyacu

Comunidad Machacuyacu

Me lleva Daniel (mi guía, un machacuyacu) al poblado donde pasaré estas jornadas y me muestra la cabaña donde me alojaré. Es para seis personas pero estoy yo solo. Solo en la cabaña y solo en el poblado, soy el único turista. En la comunidad de los Machacuyacu (serpiente de agua en lengua quichua) viven unas 16 familias, cerca de 100 personas (son familias muy numerosas, el único anticonceptivo es una mezcla de plantas que dicen que funciona, no lo creo por lo que veo).

Daniel habla castellano y quichua, el resto de la comunidad solo quichua así que me hace de traductor constantemente.

Mosquitera

Mosquitera

No tardo apenas en instalarme, me preparan un colchón, sábanas, manta ¿? y una mosquitera con cientos de remiendos (me tendré que embadurnar más con repelente 🙂 )

El Amazonas tiene constantemente un ruido ensordecedor, la multitud de insectos y animales, cada uno con su canción, no dejan jamás lugar al silencio.

Para romper el hielo de la convivencia me explican el cultivo y recolección de la yuca, así como la preparación de la «chicha» (infusión-fermentanción de la yuca, con alta graduación alcohólica). La dieta básica de la comunidad es yuca, huevos y vegetales que colecta cada familia de su asignación de tierras.

Tengo unos momentos para relajarme y, como aún no tengo ducha, voy a bañarme al arroyo. La comunidad elige su ubicación siempre cerca de una fuente de agua que no se seque (aunque no sea potable). Esta es azufrada y a su paso por la comunidad se divide en zona de baño (aseo) y zona de lavado de ropa y herramientas.

La comunidad desde mi cabaña

La comunidad desde mi cabaña

No es muy tarde (sobre las seis, aquí el reloj ha perdido su función y sentido) y ya anochece. Cenamos algo (yuca, maduro y arroz) y después disfruto del cielo que, sin rastro de contaminación lumínica (en la comunidad hay un par de farolas, muy lejos de mi cabaña) me sigue siendo familiar a pesar de ser en latitud cero. Orión está sobre mi cabeza. En Madrigal, en la época de otoño la veo hacia el sur-este, creo recordar…

Me meto en la mosquitera, y cierro los ojos para dormir. El ruido de serpientes, grillos y cigarras atrona. Descanso bien aunque me despierta lévemente la lluvia (cae agua prácticamente todas las madrugadas) y ni las historia de serpientes venenosas en la comunidad perturban mis sueños…

Publicado en Ecuador, Viajes | Etiquetado , , , | 2 comentarios

Ecuador: Jornada 9. Baños (El Pailón) y Tena.

Pailón del Diablo

Pailón del Diablo

Domingo, 23 de Enero de 2011.

Amanece lloviendo así que nuestro plan inicial de hacer la bajada en bicicleta no es viable. Tenemos que coger un Bus hacia el Pailón ($1). Las vistas desde las ventanas del viejo vehículo son expectaculares, en bici hubiera sido una experiencia maravillosa… otra vez será.

Una vez en el Pailón del Diablo hay que pagar para entrar ($1), es llamativo pero todo esto es propiedad privada. Las fincas que rodean la cascada son todas particulares.

El dueño de la finca inferior, que tiene montadas unas pasarelas con barandillas para acceder lo más cerca posible al salto de agua, nos cuenta que está pasando malos momentos, que cada vez hay menos visitantes y el negocio apenas es rentable.

Le dejamos y nos acercamos al Pailón, nos calamos pero disfrutamos de la fuerza del agua. Por suerte han encendido el fuego en el bar-restaurante y a la vuelta ponemos las zapatillas y ropas a secar mientras nos tomamos un chocolate (aunque el cacao aquí crece espectacular, el chocolate no es muy bueno para mi gusto).

Al acceder a la finca superior, que ofrece una visión distinta del salto de agua ($1), nos recibe su dueño, un italiano bohemio, pintor y albañil que está haciendo también pasarelas, miradores y barandillas de manera artesanal. Le queda mucho trabajo por delante. Parece que el fumeteo de hierbas varias no le permitirá alcanzar mucha velocidad, pero tampoco parece que le preocupe en exceso.

El Manto de la Novia

El Manto de la Novia

Tras habernos hartado de Pailón nos disponemos a regresar a Baños haciendo escala en El Manto de la Novia, para llegar aquí cogemos una furgoneta… más bien ella nos coge a nosotros ya que vamos en el maletero abierto. El Manto de la Novia era originalmente una cascada que, con motivo de la última erupción del Tunguragua quedó bloqueada dividiéndose en dos actualmente. Existe una tarabita (como un teleférico pero en forma de jaula) que cruza el cañón sobre el Río Pastaza y da acceso a la misma. Sergio no se lleva muy bien con las alturas así que nos damos una pequeña paliza para hacer el trayecto a pie descendiendo la escarpada ladera y cruzando sobre el puente colgante.

De vuelta a Baños para comer vamos a por una trucha del Pastaza con arroz ($2,5), mucho arroz, demasiado, como siempre. Nos despedimos Sergio y yo, ya no nos veremos hasta que vuelva a España. Sergio se dirige de nuevo a Ríobamba y yo voy hacia El Amazonas, hacia Tena, me esperan unas cuantas horas de autobús ($4).

Nada más pisar Tena, ya de noche, el calor es sofocante. No es cuestión de temperatura, sino de humedad. Pateo gran parte de la ciudad tanteando hoteles y hostales. Me cuesta dar con uno barato pero al final lo encuentro ($9). Una vez descargada la ropa y después de una ducha (imposible secarse aquí) salgo a cenar. Hoy toca hamburguesa en una terraza ($3) y al amanecer tocará buscar plan para adentrarse en El Amazonas. Hasta mañana.

Publicado en Ecuador, Viajes | Etiquetado , , | Deja un comentario

Ecuador: Jornada 8. Baños.

Baños

Baños

Sábado, 22 de Enero de 2011.

Llegado el fin de semana tocaba excursiones con Sergio. Al fin el trabajo le dejaba disponibilidad para acompañarme por esta tierra y lo íbamos a aprovechar para acercarnos a la ciudad de Baños, a poco más de dos horas de Ríobamba.

Antes, Sergio tiene que repartir unos folletos en la plaza de Ríobamba así que aprovecho de nuevo para patear la ciudad, muy animada en la jornada festiva.

Según nos acercamos a Baños (en autobús, por supuesto $2) vamos disfrutando cada vez de más y más vegetación y una vez en el pueblo llama la atención la cantidad de turistas que hay, tanto nacionales como extranjeros, como nosotros.

El sitio esta preparado para absorver a tantos visitantes, hay multitud de tiendas de deporte y aventura donde organizar tus actividades: canoa, puenting, escalada, etc.

Hotel Palace en Baños

Hotel Palace en Baños

El lugar es propicio. El Río Pastaza atraviesa el pueblo dentro de un gran cañón y el volcán Tunguragua, semi-activo arroja cenizas al cielo nublado que amanaza lluvia. La indicaciones de hacia donde correr en caso de erupción están pintadas en el suelo de manera llamativa. Digamos que esto no ayuda a tranquilizar mucho.

Comemos en una pizzería muy económica ($2, con bebida) y para cenar vamos a un restaurante de perroflauta-pijos. Alitas a la barbacoa, perfectas ($7). Entretanto hemos visitado completamente el pueblo, sus rincones, su iglesia muy llamativa con cuadros y leyendas sobre la virgen que hace milagros y les protege, recomendable.

Para dormir hemos optado por un hostal israelita ($7,5) donde aprovechamos para ponernos al día navegando por internet y hacer tiempo echando un par de partidas de ajedrez ante la atenta mirada de un conejo que pasea por el jardín.

Es hora de irnos a dormir y descansar hasta la jornada del domingo para visitar el Pailón.

Publicado en Ecuador, Viajes | Etiquetado , , | Deja un comentario

Ecuador: Jornada 7. Quito. Vuelta a Ríobamba.

Quito

Quito

Viernes, 21 de Enero de 2011.

Amanecí como era costumbre bien temprano por lo que el día me iba a cundir para visitar el centro y casco histórico de la capital ecuatoriana.

Después de desayunar en el hotel (buen buffet) echando un vistazo a los mapas cargué la mochila y me dirigí, en primer lugar, hacia el planetario pateando la Avenida Colombia. Pude visitar todas las exposiciones y disfrutar de la sesión del proyector de estrellas ($2) junto con multitud de escolares que estaban de excursión allí.

Después, seguí mi caminata hacia la Basílica, Santo Domingo, Plaza Grande… la verdad es que Quito es una ciudad con rincones y monumentos bonitos pero no es el principal atractivo de Ecuador para mi gusto.

En la ciudad, comparando con los sitios que ya había visitado, se veían muchos más mestizos y gente con rasgos europeos y muchos menos rasgos indígenas o andinos. Las calles estaban atestadas de gente, tanto turistas como vendedores, otros trabajadores y sobre todo una gran cantidad de niños.

Comida y bebida sana

Comida y bebida sana

Me lancé a comer en un pequeño local de la zona de Santo Domingo, donde por $2 obtuve arroz, pollo, papas fritas y bebida (algo así como Tang de fresa megadulce), que era lo que tomaba el 95% de la clientela del sitio (niños que salían del colegio y trabajadores de la zona).

Después de patear un buen rato más para bajar la comida me dirigí de nuevo a la estación de autobuses para regresar a Ríobamba, otras cinco horas de viaje ($4,5) para recorrer menos de 200kms.

Aunque llegué bien entrada la tarde-noche aún nos dió tiempo a Sergio y a mí a recorrer de nuevo el Parque Sucre, hacernos fotos en los lugares donde grabó uno de sus vídeos musicales el gran Delfín.

Para la cena Sergio «intentó» hacer una tortilla de patata (yo que creía que había que freir las patatas y la cebolla y resulta que se apañó para echarlas a medio cocer). Menos mal que ahí estaba la botella de Irache para pasarlo todo… y bien que dimos cuenta de ella que la apuramos del todo.

Publicado en Ecuador, Viajes | Etiquetado , , | Deja un comentario

Ecuador: Jornada 6. Cotopaxi. El Boliche. Quito.

El Boliche

El Boliche

Jueves, 20 de Enero de 2011.

Salimos de Latacunga dirección al Parque Nacional del Cotopaxi para seguir con nuestras excuriones ecuatorianas.

Paramos a desayunar en un bar al pie de la panamericana, pan tostado, café con leche y jugos (zumos con leche en lugar de agua – $3,50).

Antes de acceder al parque fuimos a la zona recreativa de El Boliche donde se encuentra una de las estaciones de la línea de ferrocarril en rehabilitación. Esta vía discurre a lo largo de la geografía ecuatoriana y por el momento con fin exclusivamente turístico. Una especie de tren-autobus a gasolina (autoferro) hace el recorrido que incluye comidas, visitas y alojamiento en un paquete de uno o varios días.

Autoferro turístico

Autoferro turístico

En el área recreativa encontramos un pequeño centro de interpretación con información de la fauna y flora de la zona, además de algunas llamas (quizá alpacas o vicunas, no soy capaz de distinguirlas) en cautividad.

Después de coger fuerzas nos dirigimos al fin a la base del volcán Cotopaxi. Para entrar en el parque ($2), por ser extranjeros nos exigieron la contratación de un guarda, regateando, como no ($8). El hombre, un trotamundos nativo que nos transportó en su 4×4, nos contó multitud de desventuras de su vida y curiosidades de la zona, por lo que al final resultó un grata imposición.

No tuvimos suerte con el tiempo y la cima del Cotopaxi se cubrió de nubes, por lo que no pudimos realizar la ascensión. Nos quedamos a sus pies visitando las limpias lagunas del parque, observando fauna y flora y escuchando las ocurrencias de nuestro guía particular.

Parque Nacional Cotopaxi

Parque Nacional Cotopaxi

Antes de que oscureciera (aquí a las seis de la tarde se va haciendo de noche) nos dirigimos hacia Quito, donde nos despedimos ya de Patricio y Vero, magníficos anfitriones. Iris, Davi y yo buscamos un hostal ($9,50) en la Lonely y acabamos en una suerte de hospedaje regentado por un suizo en el centro de la capital ecuatoriana.

Cenamos pues a la europea (Spaguetti bolognesa – $7) y dedicamos un rato a preparar en internet las actidades a realizar los próximos días ya por separado. Iris y Davi se dirigirían a ver aves a Mindo y luego a Las Galápago y yo patearía Quito para luego volver a Ríobamba a pasar el fin de semana con Sergio y dirigirme después hacia el este buscando El Amazonas.

Publicado en Ecuador, Viajes | Etiquetado , , | 1 comentario

Ecuador: Jornada 5. Latacunga, Pujilí, Tigua, Zumbahua. Laguna de Quilotoa

Chugchucara

Chugchucara

Miércoles, 19 de Enero de 2011.

Volvimos a reunirnos Patricio, Vero, Davi e Iris para realizar nuevas rutas por esta maravillosa tierra. Nos dirigimos bien temprano a Latacunga para desayunar allí. El plato típico de hoy era la Chugchucara, un exquisito plato compuesto de carne de cerdo (fritada -frito- y chicharrón -como los torreznos pero que se deshacen-) con maíz tostado (palomitas o canguil), corteza de cerdo (frita y en una sola pieza gigante) empanadas (obleas tipo empanadillas) ligeramente dulces y plátano frito ($3,50). Después del hornado del día anterior, era un desayuno frugal.

Quilotoa

Quilotoa

Visitamos Pujilí y Tigua, donde pudimos observar una exposición de pinturas realizadas por personas de los pueblos sobre piel de oveja en lugar de en lienzos. También pasamos por Zumbahua, en todas estas comunidades la gente viste coloridas ropas y trabajan duro la tierra y la ganadería (llamas y ovejas principalmente).

Finalmente llegamos a la Laguna de Quilotoa, una gran extensión de agua de unos 3 km de diámetro (ovalada) y 250 m de profundidad formada en el crater de un volcán (el que da nombre a la laguna) que forma parte de la Reserva Ecológica Los Ilinizas. En la laguna no hay rastro de peces, el color de sus aguas es azul verdoso debido a la gran cantidad de minerales en sus aguas, entre ellos azufre, por lo que no se puede beber.

Laguna de Quilotoa

Laguna de Quilotoa

Está a una altura de unos 4.000 m sobre el nivel del mar que, unido al gran desnivel y lo duro del camino (arena y rocas sueltas) hace que la bajada a la base necesite una media hora y sea muy cansada… ¡ay de la subida! Una hora subiendo por rampas fuertísimas con ausencia de oxígeno. Vero hizo bien y alquiló una mula abajo para evitar la mala experiencia del día anterior.

Después de disfrutar cuerpo y mente con la experiencia volvimos a Latacunga para cenar y reponer fuerzas. Esta vez tocó una hamburguesería ($4), que no rechazamos después de la batería de platos típicos los días previos. Encontramos por referencias en las cercanías un modesto hotel  ($9) en el que nos alojamos esa noche y caímos rendidos rápidamente.

Publicado en Ecuador, Viajes | Etiquetado , , , , , | 4 comentarios

Ecuador: Jornada 4. El Chimborazo. Museo de la llama. Antiguo Ríobamba.

El Chimborazo (6.310 m)

El Chimborazo (6.310 m)

Martes, 18 de Enero de 2011.

Poco a poco me iba integrando, ya era mi cuarto día aquí y regateaba con el taxista para pagar un dolar en lugar de dolar cincuenta.

Había quedado temprano con Patricio, Vero, Iris y Davi para realizar la excursión al Chimborazo. Es un volcán cercano a Ríobamba de más de 6.300 m. Nuestra intención era acceder al parque y después caminar desde el primer al segundo refugio alrededor de un kilómetro (200 m de desnivel) a una altura de unos 5.000 m.

Museo de la llama

Museo de la llama

Para coger fuerzas fuimos a desayunar al mercado, donde se servía el típico hornado. Se trata de un cerdo asado, como el que puedes comer en Segovia, pero en lugar de cochinillo, pues un ejemplar bien adulto. Se sirve acompañado de mote (maiz blanco cocido) y ensalada ($3, junto con un jugo). Está muy rico de sabor, pero meterse eso a las ocho de la mañana es una tarea que te marca 🙂

Una vez llegados al pie del Chimborazo su visión acompleja, y la experiencia de andar por su altura es muy enriquecedora, sentir el efecto en la cabeza y resto del cuerpo, la falta de oxígeno que te deja sin fuerzas… Afortunadamente no hubo soroche aunque a Vero le costó sobremanera el llegar.

El Altar (5.405 m)

El Altar (5.405 m)

Bajamos y recuperamos fuerzas y nos dirigimos al museo de la llama, unas instalaciones de turismo comunitario en el que gentes del lugar explotan unas cabezas de ganado (llama, alpaca, vicuna…) de diversa manera: carne (que fue lo que comimos junto con quinoa, $7), lana, merchadising, etc.

Desde el lugar, donde una guía local nos contó sobre el funcionamiento de la actividad y el modo de vida de los habitantes, se distinguía cláramente El Altar, otro gran volcán de la sierra central.

Iglesia Balbanera (1534)

Iglesia Balbanera (1534)

Después de bajar la comida con un pequeño paseo fuimos a visitar la antigua Ríobamba, población que fue arrasada por un terremoto hace muchos años y de la que se conservan algunas sucias ruinas. Lo más destacable es la fachada de la catedral de la actual Ríobamba que se dice fue trasladada piedra a piedra desde la destruída.

También tuvimos tiempo de visitar la iglesia Balbanera, la más antigua de America, del año 1534. Lástima que entre las muchas cosas negativas que exportó Europa a América una fuera la imposición de nuestra religión…

Publicado en Ecuador, Viajes | Etiquetado , , | 1 comentario

Ecuador: Jornada 3. Ríobamba: Las Lagunas de Atillo.

Lagunas de Atillo

Lagunas de Atillo

Lunes, 17 de Enero de 2011.

Dado que Sergio tenía que trabajar, era en solitario mi primera excursión por la zona. El lugar elegido la noche antes para mi destino era Las Lagunas de Atillo. Unas lagunas naturales a unos escasos 60 kilómetros al sur de Ríobamba.

Aproveché que el autobús con esa dirección no partía hasta las doce de la mañana para patear la ciudad de nuevo y conocerla un poco mejor. Entré al mercado para ver qué cosas se compraban por aquí y, aunque la globalización hace que veas ciertas marcas y productos por todos lados, eran las mercancías locales las que buscaban mis ojos. Multitud de variedad de frutas y verduras se exponían en grandes mostradores, así como carnes de pollo, cerdo y cuy (coballa de indias) que aquí se suele comer.

No me agradó a la vista nada de los productos desconocidos así que fui a lo seguro y compré jamón cocido y pan para la excursión. Ademas, agua y unas frutas llamadas granadillas, que no había probado hasta el desayuno, muy dulces ($1,80).

De camino a la terminal de autobuses me crucé con un gran jolgorio, elecciones universitarias, bastante coloridas. Almorcé algo antes de subirme al autocar (si el de Quito-Ríobamba era antiguo, este merecía estar en un museo) y en seguida se llenó de niños menores de diez años, todos procedientes de la escuela y que volvían a sus casas en las tierras al sur de Ríobamba. Llamaba la atención la cantidad de niños pequeños, de incluso pocos años viajando solos, con su moneda de 10 cents en la mano (precio del viaje para estos niños).

Poco más de dos horas después ($2), con multitud de paradas (aquí el autocar aminora donde tú solicitas siempre que seas capaz de saltar en marcha) llegué al final de trayecto, que coincidía con una pequeña fonda que estaba a unos cinco kilómetros de las lagunas.

No es un lugar turístico, en verdad yo era el único viajero por la zona y solo coincidí con un guardaparques y algunos trabajadores que estaban asfaltando la vía, pero es un paraje precioso, completamente verde y salvaje que merece la pena ser visitado.

Publicado en Ecuador, Viajes | Etiquetado , , | 2 comentarios

Ecuador: Jornada 2. De Quito a Ríobamba

Ríobamba (Parques)

Ríobamba (Parques)

Domingo, 16 de Enero de 2011.

Pensaba que no iba a poder apreciar gran cosa de Quito ya que en seguida partía dirección a Ríobamba pero por el contrario no fuí capaz de pestañear durante horas, las que me tomó ir de casa de Ceci a la terminal de autobuses con tiempo para parar entremedias a comprar una tarjeta prepago de celular ($6).

Quito desde un vehículo impresiona por su extensión, por su longitud y por su ubicación. Está engullido entre grandes montañas y volcanes y se extiende a lo largo de un gran valle con quebradas.

La casa de Ceci estaba al norte de Quito y el bus a Ríobamba salía de la Estación Sur, así que prácticamente crucé la ciudad entera (más de una hora de taxi – $13) antes de montarme cinco horas en el bus ($4) que me llevaría a encontrarme con Sergio.

Lo primero que me sorprendió en el bus es que subía y bajaba la gente en marcha, tanto pasajeros como vendedores de todo tipo de objetos (pastillas milagrosas, comidas, bebidas, DVD pirateados,…). El autocar era muy viejo, que junto a la velocidad que le daba el conductor y el estado de las vías hacía que no se sintiera uno seguro en ningún momento… bueno, hasta que te acostumbras. Ah, tampoco hace escalas para ir al baño, así que me arrepentí de la naranjada ($0,50) que compré en el viaje.

A media tarde (me esperaban para comer) llegué a Ríobamba donde me recibieron Sergio, Diego y Sole, sus anfritriones. Su hijo Emilio me enseñó en un momento toda la casa, mientras los mayores ponían la comida en la mesa. El menú consistía en encebollado de ceviche, una sopa con yuca y pescado, de fuerte sabor (ese cilantro que no falte).

Ríobamba (Colegio)

Ríobamba (Colegio)

Para bajar la comida fuimos a dar una vuelta por Ríobamba que, siendo domingo, estaba bastante animada. Los parques tenían un aspecto muy similar al que tiene el Retiro o La Casa de Campo aquí en Madrid los fines de semana. Música a gran volumen, puestos callejeros de comida poco saludable y no excesivamente higiénicos y familias enteras disfrutando del buen tiempo.

Pude apreciar pronto los edificios coloniales y las iglesias en nuestro paseo, al que se unieron Patricio y Verónica, dos amigos ecuatorianos de Sergio que, además, llegaron acompañados de dos españoles más que también habían venido a pasar unos días.

Tras rechazar el morocho (especie de arroz con leche) en un puesto callejero (aquí denominados agachaditos) volvimos a casa de Diego y Sole a cenar jamón que había traído de España con pan tostado y queso, que aquí en Ecuador no existe como curado.

Aún con el jet-lag me metí en la cama, el largo viaje me ayudó a encadenar casi seis horas seguidas de sueño, que iba a necesitar para empezar mis excursiones por la zona.

Publicado en Ecuador, Viajes | Etiquetado , , | 1 comentario