Viernes, 6 de Noviembre de 2009.
Nada más despertarnos nos alertaba «el pescao» (es decir, la dueña del hostal) de que había habido un terremoto de madrugada. Cómo estarían nuestros cuerpos para ninguno habernos enterado lo más mínimo.
Después de un frugal desayuno nos llevaron al Parque Nacional, a la Bahía Ensenada para hacer un trekking por los bosques patagónicos. Como en Iguazú tuvimos suerte y la guía era de lo más maja y simpática (una suerte de Cámeron Díaz pelirroja).
En seguida nos sumergimos en el bosque y pudimos disfrutar de los falsos pájaros carpinteros, del sonido hueco de los árboles entrechocando mecidos por el viento y también del que hacían al balancearse, similar al sonido de una vieja bisagra.
A mediodía nos repusimos con una picada y un guiso en una tienda de campaña habilitada por la agencia, donde pudimos contar nuestras desventuras aéreas a los compañeros.
Sin tiempo apenas a reposar la comida llegó el plato fuerte del día, un (en principio) plácido paseo en canoa por el lago.
Pudimos comprobar lo que nos decía la gente de Ushuaia, que se pueden vivir las cuatro estaciones (primavera, verano, otoño, invierno) en un solo día. Y es que arrancamos nublados pero sin viento, en mitad de la travesía se desató una tormenta perfecta de viento y lluvia para tener, al final, tras casi morir por congelación, un cielo despejado y un arcoiris precioso. Mereció la pena porque a pesar de pasarlas canutas nos echamos unas risas con unos nuevos compañeros vascos. Él animaba cual patrón de traineras 🙂
Tras esta aventura volvimos al hostal, aprovechamos para ir de tiendas y para cenar en una especie de museo (Ramos Generales) donde nos sorprendió el buen vino y el submarino de chocolate. También le dimos de nuevo al mate, pero seguía sin convencernos…
jajajaj no me acordaba de «El Patrón» de la canoa¡¡¡ todavía oigo los gritos de la tripulación, los dos niños medio llorando «mama tengo frío, me dueleeeee», la madre » aguanta¡¡¡ hijo, aguanta¡¡¡», la chica del Patrón «no puedo¡¡, no puedo¡¡¡» , el guia por tlf. hablando con la otra guia «merda¡¡ nos ha pillado una tormenta¡¡¡¡, carajo¡¡…. luego te llamo» y El Patrón con la cara congelada «vamos…..¡¡¡, remen¡¡.. remen¡¡.. remen¡¡», pero la canoa a la deriva, en medio del lago, seguía sin avanzar ….la tripulación escondida trás El Patrón y Kodro, guardabamos encogidos las manos en el chuvasquero del capitán pescanova, intentando que los dedos dejaran de doler….. menos Kodro, que adrenalítico perdido por las ordenes del patrón, no dejaba de remar y mirar atrás diciendonos «sos unos salchichón*¡¡ pero remar» …..jajaja que recuerdos¡¡¡